El subservicio regional de la AIF-18 para los refugiados y las comunidades que los acogen proporciona USD 2000 millones en financiamiento exclusivo para ayudar a países de ingreso bajo que reciben grandes cantidades de refugiados.
Con este financiamiento se reconoce el considerable desafío que enfrentan estos países para cumplir sus propias metas de desarrollo y, al mismo tiempo, recibir a refugiados en zonas en que las propias comunidades locales suelen carecer de servicios básicos y recursos.
El apoyo se hará efectivo durante la decimoctava reposición de recursos de la Asociación Internacional de Fomento (AIF-18) (1 de julio de 2017 al 30 de junio de 2020), en virtud del programa regional de la AIF, el fondo del Banco Mundial dedicado a las personas más pobres. Esta ayuda es adicional a las asignaciones habituales para el desarrollo nacional de cada país.
Objetivo
El subservicio hace hincapié en el enfoque de desarrollo aplicado al desplazamiento forzado, apoyando los compromisos de los Gobiernos receptores de adoptar un cambio de políticas y abordar las dimensiones social y económica de la situación de los refugiados. Se proporcionan fondos en condiciones más favorables para inversiones a mediano plazo que beneficien tanto a los refugiados como a las comunidades receptoras. El financiamiento del subservicio se ofrece de la siguiente manera: 100 % en donaciones para países con alto riesgo de sobreendeudamiento, y 50 % en donaciones y 50 % en condiciones crediticias aplicables para países con un riesgo de sobreendeudamiento moderado o bajo. Además, cuando los proyectos solo beneficien a los refugiados y no a las comunidades receptoras (por ejemplo, integración económica de los refugiados en el mercado laboral local), según el caso, el financiamiento del subservicio para refugiados dirigido a países con riesgo de sobreendeudamiento moderado o bajo puede llegar a otorgarse en forma de donaciones en un 100 %. Requisitos Para acceder al beneficio, los países respaldados por la AIF deben:
1. recibir al menos a 25 000 refugiados, o la cantidad de refugiados debe equivaler como mínimo a un 0,1 % de la población;
2. contar con un marco adecuado para la protección de refugiados, y
3. tener un plan de acción o una estrategia con pasos concretos, incluidas posibles reformas de políticas para soluciones a largo plazo que beneficien a los refugiados y a las comunidades receptoras.
A noviembre de 2018, 14 países (i) cumplían los requisitos para acceder a financiamiento. Cinco países —Burundi, Burkina Faso, Mauritania, República Democrática del Congo y Rwanda—pasaron a ser admisibles en esa fecha y se sumaron a Camerún, Chad, Djibouti, Etiopía, Níger, Pakistán, República del Congo y Uganda (aceptados en septiembre de 2018) y Bangladesh
(aceptado en junio de 2018).
Programación
El Banco Mundial está trabajando con los Gobiernos para preparar los proyectos y brindar las soluciones sostenibles que mejor se ajusten a sus necesidades. En términos generales, los objetivos de las intervenciones son:
- lograr un cambio para centrar la atención en la gestión de riesgos y no en la respuesta a las crisis;
- apoyar a las comunidades receptoras y a las regiones retrasadas;
- avanzar hacia la inclusión social y económica, y
- adoptar enfoques de nivel regional y nacional.
Como iniciativas prioritarias, se incluirán proyectos que: i) promuevan el bienestar y la inclusión de los refugiados en las estructuras socioeconómicas del país receptor; ii) respalden soluciones legales o reformas de políticas relativas a los refugiados, como la libertad de movimiento, la participación en la fuerza laboral formal, los documentos de identidad y los permisos de residencia; iii) ayuden a garantizar el acceso de los refugiados y las comunidades receptoras a servicios e infraestructura básica de calidad; iv) respalden los medios de subsistencia en las zonas de las comunidades receptoras que se adapten a las necesidades y limitaciones de los refugiados y los miembros de dichas comunidades; v) respalden el diálogo de políticas y actividades para facilitar y garantizar un regreso sostenible cuando los refugiados vuelvan a sus países de origen, y vi) refuercen las finanzas de los Gobiernos en los casos en que estos se hayan visto sobrecargados por afrontar gastos relacionados con sus responsabilidades como receptores.